Hacía ya un largo tiempo que venia escuchando las historias de un amigo que por motivos laborales tenia que ir cada tanto a un pequeño pueblo de la provincia de San Juan, al poblado de Chucuma.
Para que puedan ubicarse fácilmente este pueblo esta sobre la ruta provincial 510, saliendo de la ciudad capital de San Juan, se toma en dirección a Caucete de allí la ruta nacional 141, luego se hace el empalme en la provincial 510, la misma que termina y nos lleva al famosísimo Valle de la Luna, allí entre los extremos casi a mitad de camino entre el Valle y el pueblo de Marayes esta “Chucuma”.
Luego de tanto escuchar de este sitio pude al fin conocerlo para un fin de semana largo, en semana santa; resulta que un par de amigos viajaban a la vecina provincia de La Rioja, a “Chepes”, y pudimos ponernos de acuerdo y coordinamos el viaje, el dueño del auto asedio a llevarnos y traernos desde el mismo pueblo de Chucuma, cosa que lo obligaba a hacer un desvió de unos 100 kilómetros ida y vuelta aproximadamente.
Salimos muy temprano y ya para cerca de las tres de la tarde estábamos en marayes en el comienzo de la ruta 510, previo lógico paso y parada en el santuario de la “Difunta Correa”, lugar de peregrinación de miles de creyentes año tras año y lugar en el que los conocedores de las rutas, camioneros y otros viajeros recomiendan siempre parar, así la difunta no se ofende y se viaja seguro.
Ya en la ruta 510, nos encontramos con la muy desagradable sorpresa del pésimo, pero muy pésimo estado de la ruta, asfalta con pozos, o pozos con pedazos de asfalto a los lados, terrible era, afortunadamente para los viajeros de hoy esta misma ruta es un lujo, totalmente reasfaltada, y sin lugar a duda que es importante considerando que es una de las dos principales vías de acceso al parque provincial Ischigualasto; bueno luego de varios duros golpes al auto, un durísimo viejo falcón que mostró su resistencia, al fin llegamos a Chucuma, allí nos dejaron a nuestra suerte y a la aventura y ellos dos siguieron a Chepes, con la promesa de venir por nosotros tres días después a las siete de la tarde en el mismo lugar.
Ya en la zona, mi compañero me comento nuevamente de los lugares de los serros y las huellas por las que había andado, y me comento una historia que me llamo la atención; resulta que una gente de la zona le contó que muy cerca de allí existió hacia un tiempo atrás, no muy lejano una olla natural de mármol, formada por la caída del agua desde el cerro,y claro al ser mas blanda la roca se orado, fuente natural que como a tantas otras le decían, baño del indio, luego la explotación del mármol del lugar la hizo desaparecer, verdad o no, no sé realmente.
Lo que si pude al otro dia constatar con mis ojos y mi palita para excavar, fue la existencia real de pegmatitas en la zona, allí siguiendo un rió seco pequeño nos encontramos de golpe y a muy corta distancia con una pequeñas elevaciones, que si bien no era el lugar exacto al que mi compañero se refería igual demostró como en la zona desde hacia ya muchísimo tiempo se realizaban explotaciones manuales a pequeña escala de las pegmatitas allí existentes.
Esta pegmatita en especial que encontramos, ya había sido explotada y solo quedaban montones de rocas estériles y algo del cuarzo y el feldespato, pero nada útil para un coleccionista a simple vista, sin rendirme seguí buscando y encontré grandes bloques de mica, yo diría de mica muscovita, el bloque mayor que encontré y pude sacar y traerme era de 30 por 30 por 15 centímetros, claro que no eran cristales pero estaba bueno para ser lo casi único, algo frágil el bloque se deshojaba muy fácilmente y tenia tierra entre las capas, lo que al fin me obligo a tener que reducir el tamaño muy considerablemente ya en mi casa, luego si puede entre los escombros recoger algunos cristales bien formados de mica en el feldespato, de no gran tamaño, pero bien formados. Este lugar estaba agotado hacia mucho tiempo, los métodos eran sin duda pico y pala, solo se ponía ver una pequeña zona mas limpia y con forma de terraplén en “U” que debió haber sido el sitio en donde se llevaba todo cuesta abajo probablemente tirándolo y luego rejuntándolo allí y desde ese sitio cargándolo en mulas y o hasta talvez en un camión.
Ya en otro sitio, un gran rió seco muy cerca del lugar anterior, nos adentramos por el mismo con la esperanza de hallar mas de estas pegmatitas, desde ya aclaro que fue un fracaso, pero el paisaje espectacular, me llamo la atención una especie de corral hecho a lo largo de todo el rió seco, digamos entre 30 y 40 metros no menos era grande y de unos dos metros de altura, todo de ramas con espinas, impenetrable muy bien trenzadito, estaba entre las paredes de la montaña en donde era menor la distancia, claramente para que los animales no bajaran y se pasaran por allí sin su permiso, es decir un guardaganado, nos costo pero lo pasamos y mas allá de eso yo reflexionaba a sabiendas de que en la montaña las lluvias aunque raras, estacionales y ocasionales, igual se dan y son muy intensas, supongo se lo debe llevar al corral.
Seguimos y como único hallazgo de importancia encontré tres piezas en el lecho mismo del rió, sin encontrar la fuente de los mismos.
Visto que allí no tendría suerte decidí probar con otra entrada, otro rió seco haber si en este si encontraba algo que me gustara.
No digamos que fue mucho mejor esta nueva entrada pero si pude hallar varias piezas de gneis y otras metamórficas que tenían grandes cristales de granate, ninguno de dichas piedras era geológicamente aptas o de formas perfectas, era mas bien grupos masivos pero muy llamativos, por eso les puse algunas fotos para que se den una idea, si algún día van por la zona los van a encontrar fácilmente y les aseguro que tienen muy buena estética.
Al los que decidan hacer una parada por el lugar, no encontraran demasiadas actividades a realizar pero si me atrevería a recomendarles se hagan un tiempo y vallan por el corto sendero que los llevara hasta el lugar de donde se saca el agua que por un canal lleva a la pileta que abastece al pueblo, pregunten la historia, seguramente alguien les contara la una historia de gran esfuerzo personal.