Sin duda alguna es un dato fundamental, el origen, la procedencia de una pieza mineral en particular, para la inmensa mayoría de los coleccionistas que le ponen algo de cuidado a su colección.
Son los menos los que compran un mineral sin saber de donde es, y solo se preocupan por la estética y que se vea bien en su repisa, son tal vez mas bien compradores sin conocimiento los que adquieren piedras, y mayormente es una compra como un souvenir, o para realizar un regalo, es el típico “ recuerdo de …” .
A mi me han hecho este tipo de regalos, a sabiendas de mi debilidad por los minerales, por ejemplo una vez me regalaron una pequeña pieza con dioptasa, pero en este caso es fácil deducir su origen ( Dumesmil, Mal paso, Córdoba ), otras veces fui yo el que compro algún mineral sin que el vendedor en cuestión tuviera la menor idea de donde provenía, así y todo igualmente la piedra pudo mas, y bueno luego tuve que intentar saber de donde era, pero bueno cada uno sabe cuando compra algo o no, mas allá de eso, es indiscutiblemente esencial; saber de dónde proviene un mineral.
Es común que en un viaje uno compre una pieza a gente de la zona, y en términos generales es algún mineral que recogen a cielo abierto, por recolección directa, es decir un mineral del lugar, ese ya es casi un dato suficiente o nos acerca al origen con más facilidad.
Otras veces se ven minerales en puestos de regalos en lugares turísticos, y es si allí donde se debería tener mas cuidado, allí es donde el vendedor no entiende nada del tema, no le interesa y no sabe de donde es realmente, me he encontrado con gente que para vender dicen que es de la zona o cosas totalmente disparatadas, y para aquel que no tiene ni idea es un dato cierto y real.
Hace muy poco compre una geoda pequeña en puesto de estos turísticos, es que me interesa estas piezas en particular, y bueno la compre aunque en el lugar no sabían nada, pudo mas la piedra, luego por comparación puedo tener una “ idea “ de su origen, pero nada me lo va a confirmar.
Así que no cabe duda alguna en la importancia del origen, eso le da valor para el coleccionismo, científico y económico a largo plazo, pues si bien uno puede no coleccionar por lo que vale en dinero es sabido que una buena colección vale y mucho.
Esto por ultimo nos lleva a la otra pata del problema, y es razón por la cual muchos ocultan o disfrazan el origen de una pieza.
Cuando alguien encuentra una piedra, se reserva el lugar del hallazgo como propio, es lógico y entendible, estos son lugares en un 99 % fuera de los conocidos, minas yacimientos o depósitos de lo que sean, son lugares que uno encuentra y no dice, si uno lo dijera a todo el mundo, con seguridad en una semana estarían otros “saqueando nuestra propiedad”.
Este no es un escrito de critica alguna a las formas que tenga cada uno de cuidar sus hallazgos, es mas creo que la mayoría de los que salen al campo tienen sus secretos y pienso que esta bien, eso es cosa de cada uno, lo que si es recomendable, es hacer saber el origen con datos ciertos, y si bien uno no dará las coordenadas geográficas exactas, debe decir el lugar la zona, sin que sea algo exageradamente vago y ambiguo, no podemos decir esta piedras es de argentina.
Esta seria la situación ideal, habrá algún caso en que no es posible, pero estaría bueno hacer el mayor esfuerzo por dejar bien claro de donde es.
Si queremos vender o intercambiar piedras de Argentina dentro y particularmente fuera de nuestra frontera, esta es una condición obligatoria.
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